¿Te atrae conocer nuestras costumbres y otras de distintos lugares? ¿Has oído hablar de la multiculturalidad y no sabes de qué va el tema? Quédate con nosotros: descubrirás tradiciones sorprendentes de otras culturas y razas y profundizarás más en las nuestras.

Do you feel attracted by our costumes and other places'? Have you ever hear about multiculturality and you don't know what it is about? Stay with us; and you will discover surprising traditions about other cultures and races and get deeper into ours.

viernes, 22 de febrero de 2008

La inmigración en Bollullos. (María Elena Valdayo, 2ºBACHD)


Creo que conozco a inmigrantes desde que era pequeña, pero nunca he tenido la curiosidad de saber el porqué están aquí, o cómo eran sus vidas allí. Últimamente, por motivos que no vienen a cuento, he estado más vinculada de lo normal con este sector de la población, al cual yo le brindo todo mi respeto.
Hace poco tiempo una persona de origen rumano estuvo hablando conmigo algunas curiosidades de su vida anterior, sus costumbres,… Me dio muy poca información, pero con lo que sabía algo dentro de mí sentía la curiosidad de saber más sobre aquella tierra del Este de Europa, esa tierra que forma parte de la Unión Europea, pero que no tiene nada que ver con la buena vida que tenemos nosotros aquí. Como me quedé intranquila por querer saber más me puse en contacto con una familia a la que yo misma conozco, me acerqué a su casa para preguntarles si podían contarme algo más de la vida en Rumania. Ellos aceptaron encantados, tanto es así que hasta me invitaron a cenar para probar su gastronomía. La verdad es que no sé el nombre de los alimentos, lo que si me dí cuenta por la comida que tomé es que ellos comen mucha verdura y tienen platos que nunca yo me hubiera imaginado. Un ejemplo de ello es que me pusieron un plato de sopa de lechuga con trocitos de costillitas de cerdo intenté comérmelo, pero mis esfuerzos eran nulos porque me sentí incapaz de hacer algo más que probarlo.
Después de haber estado con ellos dos tardes fabulosas porque me he reído con ellos lo que nadie se puede imaginar y porque te tratan como si fueras de su familia, estoy totalmente segura de que mis pensamientos o sentimientos no son racistas.
Sabrina y Marcelo (estos nombres son por los que se hacen llamar), son una pareja de Rumanía que lleva en España cuatro años y viven con su hijo mayor. Marcelo también tiene aquí en Bollullos a sus hermanas y sobrinas. Sabrina se dedica a coger fresas y frambuesas en el campo con su hijo, mientras que su marido se dedica al montaje de algunas construcciones temporales.
Ellos decidieron venir a España para ganar más dinero del que se cobra allí, ya que en Rumania el salario de una persona que va al campo de siete a tres y media de la tarde es de 300 €uros al mes, cuando el valor de los bienes materiales indispensables son incluso más caros que en nuestro país. Me pusieron un ejemplo muy claro de esto como es que aquí vale un kilo de azúcar 1€uro, mientras que allí lo mismo pasa a valer 1’50€uros o como el aceite que vale 1€uro aproximadamente, allí puede costar de 1’50€uros a 1’70€uros. Ellos tenían la meta de hallar una vida y un futuro mejor del que allí se podían proporcionar, además de poder aspirar a un trabajo mejor. Hoy en día ellos piensan que están consiguiendo poco a poco todas sus metas. Pero también han dejado cosas atrás como las dos hijas y la madre de Marcelo, sus casas, sus hermanos, y muchas más cosas. Marcelo y Sabrina están muy contentos de estar aquí porque ellos se imaginaban la vida en España de otra manera, pero se encontraron con la alegría de que es mucho mejor de lo que ellos podían pensar, y todo esto por el motivo de que en nuestro país siempre hay algún tipo de trabajo. Marcelo me confesó que vive mucho mejor que antes, que ahora tiene más facilidad para comprar y satisfacer sus necesidades, ya que él opina que en España hay un equilibrio entre el dinero y la vida. Además ellos se sienten tan españoles como los que hemos nacido aquí.
Dicen que los tratan muy bien, que la mayoría no somos racistas, pero que también hay algunos que se sienten más que ellos, pero vuelve a resaltar Sabrina que la mayoría no es así. Están muy felices de vivir aquí, y ésta vez Sabrina me miró y me dijo muy seriamente que sí y mucho. También me dijeron que las vidas son muy muy diferentes aquí y allí. Ellos dicen que si el tiempo volviera atrás, volverían a venir a España, pero que si volvieran a nacer elegirían nacer en su país.
Después de saber todo esto me quedé disgustada conmigo misma y con toda las personas que cómo yo se quejan de que las cosas valen mucho, de que esta vida sólo es trabajar, cuando ellos lo único que quieren es trabajar para proporcionarse un futuro en condiciones. Por ello tenemos que empezar a valorar mucho más lo que tenemos, y concienciarnos de que los pobres no sólo están en África o en los países subdesarrollados, sino que los podemos encontrar en la propia Unión Europea. Y lo que si puedo decirle a muchos es que ellos no vienen a robarnos el trabajo, ellos vienen a hacer el trabajo que nosotros no queremos, y que todo lo que ellos han conseguido ha sido gracias a su esfuerzo y su trabajo.

miércoles, 30 de enero de 2008

Multiculturalidad. Delia Naranjo (2ºBachD)


Para hablar de multiculturalidad necesitamos pasear por la Historia, pues no se puede comprender la fusión actual de culturas sin saber de nuestras raíces.
Andalucía, desde siglos, ha sido una tierra multicultural. Griegos, fenicios y romanos llegaron hasta nuestras costas y se asentaron en estas tierras. Se dice que oleadas de gitanos llegaron hasta Andalucía procedentes de África. Incluso algún flamencólogo como Félix Grande afirma que la palabra “gitano” procede de egipciano, es decir, de Egipto. Más tarde llegaron los árabes y, con ellos, numerosos judíos que durante siglos convivieron con los cristianos que ya habitaban aquí, dándose el mayor ejemplo de multiculturalidad habido en la Historia de España. Estas tres culturas coexistieron con todas sus diferencias, llegando al vínculo de unión de la convivencia y del reconocimiento de las distinciones del otro. Todos se enriquecieron y pusieron las bases de lo que hoy es la cultura andaluza. Después de la conquista de Al-Ándalus por los distintos reyes castellanos, se pasó de un período donde la tolerancia hizo florecer la cultura, a una época de intransigencia con la expulsión de árabes y judíos.
El descubrimiento de América coincide con la derrota del último reino musulmán de la península. Los Reyes Católicos anexionan el reino de Granada a Castilla y, al mismo tiempo, Isabel la Católica auspicia el descubrimiento de América. Por lo que, de nuevo, tenemos que hablar de multiculturalidad, ya que en el Nuevo Mundo no se hallaba una sola cultura, pues podemos citar desde las sociedades avanzadas de incas y mayas hasta la trashumancia de los apaches en Nuevo Méjico y California. Al igual que ocurrió en Al-Ándalus, la imposición de la cultura dominante destruyó o intentó destruir física y sentimentalmente a los vencidos. Se les aceptaba si renunciaban a todo aquello en lo que hasta el momento habían creído o había sido su vida y, aún así, fueron tratados como animales. Costumbres, creencias ancestrales y miles de nativos que habitaban allí, fueron sometidos y convertidos en vasallos de los colonizadores a los que, más bien, podría llamar exterminadores, usurpadores o codiciosos.
Sin embargo, es imposible acabar con las raíces de un pueblo y, sin más remedio, surge la multiculturalidad. El amerindio es obligado a abrazar una nueva cultura impuesta, aunque en sus fueros internos, defienden y esconden lo que aprendieron de sus mayores y, pasados los años, sus hijos, nietos y biznietos, son el resultado de una fusión de culturas. Todo eso lo podría resumir con la canción de Carlos Cano, “La habanera de Cádiz”: “(…) La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es la Habana con más salero (…)”
En nuestros días, estando en pleno siglo XXI, el concepto de dominio de una cultura sobre otra no ha cambiado, pero hoy es a la inversa. El desplazamiento de personas de países pobres a otros con un mayor nivel de vida en busca de prosperidad y trabajo se puede hacer mediante acuerdos entre gobiernos o de manera irregular, pero el resultado es casi el mismo: tienen que renunciar, a lo que fueron, a su propia identidad y aceptar lo bueno y lo malo de la cultura que los recibe, que quizás criticará el que una musulmana lleve el velo islámico cubriéndole la cabeza y, sin embargo, le parece normal que una religiosa lleve un hábito permanentemente.
En los EE.UU, a pesar de la abolición de la esclavitud, los Estados del Norte impusieron su forma de vida a los del Sur, las personas de raza negra siguieron sometidas al dominio de los blancos, los indios fueron prácticamente exterminados o confinados en reservas y los latinoamericanos fueron considerados seres inferiores.
Hoy en día en los EE.UU, son las personas de color o los inmigrantes iberoamericanos los que hacen los trabajos más duros y desagradables. Igual ocurre en los países de la Europa más avanzada con los magrebíes o las personas procedentes de la Europa del Este. En España, estas circunstancias también se dan con los latinoamericanos.
Llamando a la reflexión, quiero hacer un paréntesis para recordar que en ningún momento ha servido de algo el privar de libertades o exterminar culturas para imponer otras. En la diversidad está el progreso, y no en la globalización imperialista e impuesta que nos hace comer, vestirnos, pensar y comportarnos todos por igual sin dejarnos ser realmente libres.
No obstante, España vuelve a ser una sociedad multicultural y, al igual que este año un hombre de color será candidato a la presidencia de los EE.UU., a lo mejor en un futuro no muy lejano, una mujer con el velo islámico se sentará en la Moncloa.

lunes, 28 de enero de 2008

¿La verdad viene de fuera?

La globalización influye en nuestras costumbres y tradiciones. ¿De verdad somos tan genuinos como creemos?

Documental realizado por los alumnos de Antropología de 2º de Bachillerato del curso 2005/2006.